martes, 16 de diciembre de 2014

¿Por qué ocultar algo? cuando yo misma muestro mi más grande desprecio hacia la hipocresia, cuando además me divierte esta manera de comunicar aquello que he vivido personalmente envuelto con la magia de la imanación, esto hace que lo disfrute, incluso que mi sangre hierba y se agite, con los detalles más escabrosos que puedo llegar a inventar y tomar prestados para mis vivencias, de las cuales no me avergüenzo como bien sabéis.
Creo que mis circunstancias particulares han formado mi carácter y quitado los velos de la clandestinidad en que se suele vivir la sexualidad y más sobre todo desde el lado femenino.
Desde muy joven me entregue al  descubrimiento del placer y al deseo de conseguirlo y ahora me doy cuenta que detrás de todo ello, dentro de esa pequeña exploradora, se encontraba una sumisa, pese a mi carácter fuerte y rebelde.
¿Que es ser una sumisa? Quizás la forma de amor más grande.
                                                                     
                                                                              ....
 Sola en casa sentada en el viejo suelo de madera, rodeada de una tenue luz naranja, con uno de los múltiples vestidos de princesita que me ha regalado mi supervisor, mi tío preferido, al que cada poco miro y le ofrezco mi infantil sonrisa, con los ojos brillando de emoción porque esta otra vez allí exclusivamente conmigo.
 Él esta sentado en su viejo sofá ya raído por el uso, fuma lentamente y mientras solo me contempla fijamente con una cara seria pero tiernamente. Ha dejado el libro tan gordo, feo y sin dibujos a un lado sobre una mesa.
Termina su cigarrillo y sigue observando mi juego con las muñecas, tengo muchas y la gran mayoría también me las ha regalado él.
 -¿Quieres que te cuente una de mis historias, mi niña buena?
Corro, doy un salto y con su ayuda ya me encuentro sobre sus rodillas, no hay sitio que me guste más ni donde me sienta más protegida, recuerdo el tacto del cuero raído de su butacón, el olor del tabaco y sobre todo su calor, su forma de apretarme como si fuera su propiedad más querida.
Encantada me recuesto sobre él, meto mi  pulgar en la boca, espero con impaciencia, mientras oigo el latir de su corazón y siento el calor de su aliento sobre mi, me acaricia con su respiración. Sus brazos, son el mejor lugar del mundo, y su ronca y dulce voz hace que cierre mis ojos para poder ver todos eso seres fantásticos que me muestra cada día corriendo aventuras diferentes que él recrea solo para mi.
  Apenas nos separan unos trece años de diferencia, pero con mis cinco años me parece tan mayor, tan guapo que su cara es, la de cada príncipe, valiente caballero, héroe...  que inventa de manera ininterrumpida durante horas depositandolas suavemente sobre mis pequeños oídos. Le quiero con toda la fuerza con que puede querer mi inocencia y sé que él a mi también.Tenemos un vinculo muy especial ...
Así transcurre otra tarde más a su lado, soy muy feliz, en el refugio de sus brazos, ni me muevo, incluso la mayoría de las veces termino dormida y nunca me lleva para la cama  me deja fuertemente abrazada, soñando con  mi diminuto cuerpo sobre él..